Ibarra. Este 30 de septiembre del 2020 se cumplen 10 años de la revuelta policial que sacudió los pilares del Estado. Lo que empezó con una protesta por la pérdida de ciertos beneficios por parte de policías y militares, por poco termina en la caída del entonces presidente Rafael Correa.
La ibarreña Paola Mafla, quien al momento ostentaba el grado de capitán de la Policía Nacional, se vio inmersa en este enredo que puso al Ecuador de cabeza. Ella asegura que no participó en las manifestaciones, pero a la final fue procesada por del delito de rebelión y sentenciada a tres meses de prisión.
Recuerda cada pasaje de esa jornada como si fuera ayer. “Ese día yo me encontraba prestando servicios en la Unidad de Vigilancia Norte como alumna en el curso de ascenso”, informó. Descarta así que haya estado presente en el Regimiento Quito, epicentro de los disturbios.
La pregunta es entonces cómo terminó implicada en el proceso legal que la dejó fuera de la institución a la que tanto quiso y tras las rejas. Mafla asegura que el punto de partida de una fotografía y un parte informativo de la Unidad de Inteligencia Policial.
“Adjuntó una fotografía de una mujer vestida de civil que se encontraba en las afueras del Regimiento Quito Nro. 1, en actitud de agresión y arengando al personal policial, para que supuestamente reclamaran los derechos en contra del presidente de esa época, Rafael Correa”. Mafla se mantiene en que nunca estuvo en el lugar, peor aún haber sido parte de la organización de la rebelión armada.
“Nuestro caso fue el primero que se abrió por el 30s, fuimos 45 procesados, después de años, de luchas, de testigos, de lágrimas, nos sentenciaron a 13 policías, de los cuales la única que cumplió la sentencia fui yo, porque los demás compañeros fueron sentenciados a penas mayores…, mi sentencia fue la más leve o benigna, según dijeron los jueces, por el hecho de ser mujer y porque según dijeron ellos, estaban conscientes de que yo no tenía ninguna participación, pero había que cumplir la orden de que debían existir culpables.
Eso jamás lo va a olvidar. “Ese día pude ver cómo afloró lo más bajo del ser humano, una persona sin principios, embebecida por el poder, manipuló a personas, y llevó al enfrentamiento de los ecuatorianos”, insistió.
Una década después Paola Mafla lleva una vida tranquila, pese a que el 30s le cambió la vida, al echar abajo todos sus sueños, su carrera policial e incluso su libertad. Tras salir de la Cárcel 4, empezó a buscar trabajo.
“Muchas puertas se cerraron, conocían de mi capacidad y querían vincularme a sus empresas o instituciones, pero lamentablemente el estigma del 30s no me permitió hacer carrera en otras dependencias”.
Sin embargo, con el tiempo las cosas han mejorado. Hoy Paola Mafla trabaja en un organismo internacional, y solo tiene algo que decirle al expresidente Rafael Correa: “espero que Dios le perdone, porque en la tierra tendrá que pagar todo el daño que le hizo a tantas familias, a tantas personas y a las instituciones, después del show que armó, después de la mentira que el tramó, desinstitucionalizó a la Policía y al Ejército”, sentenció.
Pie de foto: Familiares y amigos de la excapitán Paola Mafla protagonizaron varias protestas para pedir justicia.