En el centro polifuncional ZUMAR se desarrolló un encuentro entre la alcaldesa de Guayaquil, Cynthia Viteri, y los jóvenes que forman parte del programa municipal Por un Futuro sin Drogas.
La alcaldesa recordó que este programa, que ya ha atendido a más de 10.000 jóvenes, empezó incluso antes de que Viteri se convierta en burgomaestre. “Lo que más me impactó cuando caminaba por las calles eran las madres que me pedían ayuda para sus hijos, entraba a sus cuartos y los veía flaquitos, con la cabeza rapada, en una esquina, con golpes, amarrados con una cadena en el piso, chicos que se volvían agresivos contra sus padres. Ustedes fueron envenenados”, señaló.
Entonces nació el programa tras una reunión con Julieta Sagnay, que ahora lo dirige. Al inicio fue importante el apoyo de la empresa privada.
Una de las beneficiadas es Génesis, de 21 años, quien actualmente estudia enfermería en el Instituto Técnico Bolivariano (ITB) gracias a una beca otorgada por el Municipio. “La alcaldesa sin ser candidata abogaba por nosotros, sin pedir nada a cambio, lo único que me pedía era que tengamos fuerzas de voluntad y eso hice. Tengo devuelta mi vida, estoy reinsertada en la sociedad, tengo planes para mi futuro”, reconocio.
Durante el conversatorio, los jóvenes hicieron preguntas a la Alcaldesa y una de las inquietudes fue cómo conseguir un trabajo. Viteri respondió que se gestiona con la empresa privada para darles empleo a los jóvenes. Incluso contó que en el CAMI COVID que funciona en Pascuales, hay dos beneficiarios del programa que trabajan allí como promotores de salud.
Muchos de los jóvenes estuvieron a punto de perder su vida debido a la adicción. Eso le ocurrió a Selena, quien participó en el conversatorio junto a su hija Alaya, de 7 meses de edad. “Me dio un preinfarto con una sicosis que me mandó al hospital un 23 de diciembre. Ese día fue trágico para mi mamá porque eran vísperas de Navidad y ella pasó en el hospital. Aún así no toqué fondo hasta que estuve inconsciente un 24 de agosto; fue ahí cuando pedí ayuda y fui a la clínica móvil, había perdido todo, hasta la confianza de mi familia porque les robé para consumir”, narró la joven.
Pero la vida de Selena cambió. “Actualmente tengo un año y 8 meses limpia. Ahora toda mi vida es dedicada a mi hija, estoy casada y estudio contabilidad. Mi hija es una niña sana y algún día se lo agradecerá por el cambio que ha dado a su madre”.
Algo similar vivió Charlie, quien vivió en la calle consumiendo H. “Tuve que ver morir a dos compañeros de sobredosis para ver que yo iba en ese mismo camino. Retomé mis estudios y me gradué hace poco de bachiller y quiero seguir estudiando, porque me di cuenta de que el estudio me mantiene distraído. Hoy en día, tengo sueños y quiero llegar a ser profesional. Sí se puede vivir sin consumir drogas”, sentenció.
A la alcaldesa Viteri le preguntaron por qué se interesó por ellos cuando nadie lo hacía. La primera personera municipal contestó que fue por su condición de madre. “Sin tener una hija en el mundo de las drogas, sí tengo una hija que vive su propio infierno. He prometido que voy a bajar y sacarla de ahí como sea. Ella no puede volver a reír desde hace muchos años por una condición física. Sé exactamente lo que viven sus padres y todos ustedes, cuando se tiran al piso y no saben qué hacer. Tengo una razón: sacarlos adelante como lo haré con mi hija”, explicó.
En el conversatorio también participó la concejala Úrsula Strenge, quien hizo de moderadora. Además, estuvo la sicóloga Mónica Estrella, quien animó a los jóvenes a seguir adelante y aprovechar todos los servicios que el Municipio brinda.
Viteri indicó que cuentan con los mejores profesionales y medicinas, tanto para los jóvenes como para sus familias. De hecho, en el Hospital Bicentenario hay un área específica para ellos. “Aquí no hay rejas, ni colchones quemados, acá ustedes tienen lo mismo que cualquier familia con recursos”, destacó.
La alcaldesa prometió no detener este trabajo; lo único que pidió a los jóvenes es no rendirse. “Quiero ser yo quien los aplauda, que me sienta orgullosa de ustedes, que algún día en la calle me digan ‘señora ya soy médico, ingeniero, ya tengo trabajo, familia’. Eso, para mi, será el más grande de los logros, han hecho mucho por mí, me devuelven la sonrisa”, aseveró.