Jacinto Salas Morales salasjacinto@yahoo.com
Y, por añadidura, secuestrados por una cúpula de líderes entrenados para sembrar el terror, que utilizan en sus “manifestaciones pacíficas” el chantaje y el miedo, los palos con punzones de hierro, el cierre de carreteras, el asalto a fincas; las imágenes de cientos, de miles de litros de leche arrojados a las acequias, el secuestro de polícías, los cohetes tipo bazucas, el cierre de mercados, el asalto a pozos petroleros… todo, para convencer a cerca de 17 millones de ecuatorianos que él, el dictadorzuelo de una facción de aprendices de los principios del odio, es el que puede salvar a la nación.
Pero, hay algo más grave en este escenario de pesadilla. El clima de chantaje y miedo que han vivido los ciudadanos con el: “o cierras o te saqueamos”, bloquea toda capacidad de reacción, de decir : “Y mis derechos?, “dónde quedan mis derechos”?
Y podría ocurrir, como lo explican los psicólogos y psiquiatras que las víctimas, en este caso la gran mayoría de ciudadanos, obligados contra su voluntad por la violencia, el terror, podrían mostrar síntomas del síndrome de Estocolmo, es decir desarrollar vínculos positivos con sus victimarios, convirtiéndose en defensores de las actitudes violentas de los que violaron sus derechos.
En estas manifestaciones publicitadas como pacíficas, y defendidas como tales por organismos nacionales e internacionales, vivimos un secuestro impuesto por delincuentes que atentan contra nuestros derechos. ¿Hasta cuándo? Hasta que la resistencia y el valor de los ciudadanos lo permitan