La libertad de expresión entraña una profunda responsabilidad, no solo por el efecto que pueden producir las palabras, sino por las formas y actitudes que, a veces, superan el límite de lo que se quiere o pretende decir.
Frente a comentarios con contenido de odio y racismo emitidos en el programa La Posta XXX, el domingo 4 de julio, en contra del presidente de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie), Leonidas Iza, expreso mi más enérgico repudio, por cuanto estas actitudes son contrarias a la ética en el ejercicio de la comunicación y, sobre todo, contravienen los principios de un Estado constitucional de derechos y transgreden los principios del artículo 13 de la Convención Interamericana de Derechos Humanos.
En este contexto, los medios de comunicación deben construir una sociedad incluyente e igualitaria y no caer en el juego del descrédito y el estigma del pensamiento ajeno. Mi solidaridad con Leonidas Iza, de manera personal y con la Conaie, como la expresión organizativa de los pueblos originarios que representa.
Formulo un llamado a rectificar esta clase de comportamientos, que son incompatibles con la aspiración de enrumbar al país hacia objetivos de desarrollo, en un ambiente de paz, respeto y dignidad para todas y todos.