En los últimos días, Quito y otras ciudades de la Sierra han experimentado un aumento en la frecuencia e intensidad de incendios forestales, lo que ha provocado la presencia de humo y contaminación del aire, impulsados por los vientos.
“Esta situación no solo afecta la calidad del aire que respiramos, sino también nuestros ojos, que son extremadamente sensibles a las partículas presentes en el ambiente”, advierte el Dr. Alejandro Lalama, Jefe de Optometría de Óptica Los Andes (OLA). Por ello, el experto ofrece a continuación algunos consejos prácticos para cuidar los ojos durante este periodo de alta contaminación por humo.
1. Evitar la exposición directa al aire libre: Una de las medidas más importantes para proteger tus ojos es limitar el tiempo al aire libre, especialmente en áreas donde el humo es más denso. “El contacto directo con el aire cargado de humo puede irritar los ojos, causando enrojecimiento, picazón y lagrimeo excesivo”, dice el Dr. Lalama. Añade que, si la persona debe salir, es preferible hacerlo en las primeras horas del día, cuando los niveles de humo suelen ser más bajos.
2. Usar gafas de sol o gafas protectoras: Cuando sea necesario salir de casa, es esencial utilizar gafas de sol con protección UV o gafas de seguridad para minimizar el contacto de los ojos con las partículas contaminantes en el aire. “Estas gafas no solo protegerán tus ojos de los rayos UV, sino también de las cenizas y escombros suspendidos en el aire, reduciendo el riesgo de irritación”, explica el representante de OLA.
3. Mantener los ojos hidratados: El humo puede secar los ojos rápidamente, causando incomodidad y visión borrosa. Para prevenir esto, se pueden utilizar lágrimas artificiales o gotas lubricantes oculares. Estas gotas ayudarán a mantener la humedad en los ojos y a eliminar las partículas que puedan haber entrado en ellos. Sin embargo, el especialista sugiere evitar las gotas con conservantes o químicos que puedan causar aún más irritación.
4. No frotar los ojos: Aunque pueda ser tentador, frotarse los ojos cuando están irritados puede empeorar la situación. De acuerdo con el Jefe de Optometría de OLA, el contacto con las manos podría introducir más partículas y bacterias, aumentando la irritación o incluso causando infecciones. “En lugar de frotar, enjuaga tus ojos con agua limpia o utiliza lágrimas artificiales para aliviarlos”, recomienda.
5. Instalar purificadores de aire en interiores: Si el humo es persistente en el ambiente, se podría considerar el uso de un purificador de aire en el hogar o lugar de trabajo para reducir la cantidad de partículas irritantes en el aire. Esto no solo protegerá los ojos, sino también los pulmones y el sistema respiratorio. Además, se deben mantener cerradas las ventanas para evitar que el humo entre a los espacios interiores.
6. Aplicar compresas frías: “Si sientes picazón o enrojecimiento en los ojos, una compresa fría puede ser muy útil; simplemente humedece un paño limpio con agua fría, colócalo sobre tus ojos cerrados y relájate por unos minutos (…) Esto ayudará a calmar la irritación y reducir la inflamación”, señala Lalama.
7. Consultar a un especialista si los síntomas persisten: Si después de seguir estos cuidados se siguen experimentando síntomas como dolor, visión borrosa o sensibilidad extrema a la luz, es importante acudir a una consulta optométrica. Algunas personas pueden desarrollar afecciones más graves, como conjuntivitis química, si están expuestas al humo durante un tiempo prolongado, por lo que el optómetra determinará si es necesaria una atención o tratamiento adicional.