Fausto Giraldo
No entiendo cómo es que en poco tiempo el Banco del Pacífico paso de ser el segundo más rentable y fuerte del país al décimo primero, esto podría implicar que se habría manejado doble contabilidad o información en relación con sus balances financieros y engañado a la fé pública y ciudadanía, o es que el gobierno presidido por “un banquero” está demostrando que no puede administrar un banco, esto último sería contradictorio.
La verdad es que desde el anterior régimen se anunciaba la idea de la venta del “Banco Banco” y como es lógico “tras esa idea hay un interés”, por tanto al parecer se debe crear las condiciones técnicas y políticas para justificar su venta pero a precio de gallina enferma o robada.
Manos a la obra es lo que se ha puesto para cumplir con ese propósito, se ha iniciado una campaña de desacreditación de la entidad financiera, no existe una información clara, pública y transparente sobre sus estados financieros y activos, se están cerrando sucursales de atención al cliente en varias ciudades y se despide a servidores. Se muestra a una entidad con problemas, es decir depreciar para reducir su valor.
El “banco banco” es del Estado, por tanto, excepto los ahorros de los ciudadanos, su patrimonio constituye recursos públicos por lo que se requiere urgentemente fiscalización y contraloría, un examen especial a la gestión, procesos y resultados. ¿Pero quién haría este examen?, Vaya usted a saber, pues tenemos una contraloría cuyos principales han sido vinculados a actos de corrupción y una Asamblea en donde sus integrantes duermen el sueño de los justos.
Se ha dicho que se prepara la venta y que sólo podrán comprarlo capitales externos, pero con esto de capitales vinculados, empresas off shore, paraísos fiscales, entre tanto “amarre” seguro quién lo compre tendrá relación con banqueros locales y a futuro solo harán la transacción que la denomina traspaso de dominio mientras tanto se seguirán dilapidando los recursos del país.