De ocho a nueve de la tarde los viernes, los sábados y los domingos. La decisión de China de limitar el tiempo que los menores pueden jugar por internet a tres horas semanales ha dado la vuelta al mundo y ha vuelto a abrir un debate que sigue vivo desde los ochenta. ¿Generan adicción los videojuegos?
Poco después de que el país asiático calificase estos juegos de “opio espiritual”, se publicó en España el primer caso clínico de adicción al ‘Fortnite’ en todo el mundo. Una nueva llama para avivar un debate que cuenta con multitud de puntos de vista y pocas conclusiones claras. Lo cierto es que a los posibles efectos negativos de los videojuegos se contraponen muchos otros beneficios a nivel educativo, terapéutico e incluso social.
Hablamos con Juan Manuel Machimbarrena, profesor adjunto del Departamento de Psicología Clínica y de la Salud y Metodología de Investigación de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU) e investigador del Grupo Ciberpsicología de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR), para poner el asunto en perspectiva y entender el verdadero impacto que los videojuegos tienen en nuestra vida y nuestra salud.
UN TÉRMINO MEDIO
“Lo primero que debemos tener en cuenta es que las líneas de investigación actuales no son lo suficientemente robustas como para concluir que los videojuegos sean buenos o malos”, explica Machimbarrena. “Son un pasatiempo al que cada vez recurre más gente y que, como cualquier otro tipo de ocio, se pueden usar de diferentes maneras”.
No obstante, añade el profesor, existe una tendencia a resaltar los aspectos negativos de los videojuegos desde que comenzaron a popularizarse en las décadas de los setenta y los ochenta. “Ya por aquel entonces se hablaba de adicción y de violencia. Y si se comparan aquellos juegos de arcade con los de hoy, parece fácil reafirmarse en la idea de que los actuales son más peligrosos. Sin embargo, y al igual que ocurría entonces, es erróneo pensar que algo que utiliza tanta gente vaya a tener consecuencias negativas para todos”, señala.

Como con cualquier otro tipo de ocio, el impacto que pueden tener en la salud y en los hábitos depende de la forma en que se planteen. A la hora de presentar este debate, es necesario tener en cuenta también la gran variedad de videojuegos que existen en la actualidad y sus características: online y offline, para jugar en solitario o de forma colaborativa y con la posibilidad de aportar dinero real o sin ella, por ejemplo.
Algunos han generado nuevas dinámicas que suponen un cambio de paradigma y llevan a confusión (y, en ocasiones, a alarma) a padres y familiares. Es el caso, por ejemplo, de los videojuegos que introducen elementos de apuestas. La mejor opción es, de acuerdo con el profesor de la UPV/EHU, entender los videojuegos y conocer bien sus características para darles la importancia que realmente tienen.
LA CARA POSITIVA DE LOS VIDEOJUEGOS
El juego es un elemento fundamental para el desarrollo de los niños y los adolescentes. Entre otros muchos beneficios, aumenta los niveles de creatividad, despierta la curiosidad y ayuda a desarrollar la capacidad de atención. Durante las últimas décadas, numerosas investigaciones han constatado que los videojuegos tienen también una influencia positiva en las capacidades cognitivas de niños, adultos y ancianos.
“Dentro de sus potencialidades podemos destacar las que tienen que ver con el aprendizaje”, corrobora Machimbarrena. “Existen modalidades de videojuegos, como las que se basan en realidad aumentada, que resultan muy útiles como herramientas educativas. La gamificación permite pasar del modelo de pizarra y clase magistral a otro en el que es posible interactuar con el medio y mostrar las cosas de una forma más gráfica”.
Otro aspecto positivo de los videojuegos, muy ligado al concepto de juego tradicional, es su potencial para facilitar la socialización. “Puede parecer paradójico, porque muchas veces se tiende a pensar que es una actividad solitaria. Pero hay muchos videojuegos
EL LADO NEGATIVO: LOS LÍMITES DEL ABUSO
Cuando hablamos de la influencia negativa de los videojuegos en la salud, es importante tener en cuenta que los síntomas son de tipo cognitivo y conductual. Las personas que abusan de los videojuegos, por lo habitual, pasan cada vez más tiempo jugando y se enfadan o irritan cuando no pueden hacerlo. En otras palabras, ven aumentar su tolerancia y pueden llegar a mostrar síntomas de abstinencia.
Sin embargo, es importante saber diferenciar entre uso y adicción. El uso abusivo de videojuegos es considerado un trastorno por la Organización Mundial de la Salud (OMS) desde el año 2018. La organización señala que este trastorno se caracteriza por:
- Deterioro del control: se juega con mayor intensidad y frecuencia y en contextos en los que resulta indebido.
- Incremento de la prioridad que se le da al juego: se antepone a otros intereses y actividades del día a día.
- Uso excesivo: se continúa jugando a pesar de constatar consecuencias negativas.
Por lo general, este comportamiento debe ser evidente durante al menos 12 meses para que se asigne un diagnóstico, aunque el plazo puede acortarse en casos graves.