Quito, septiembre de 2024.- El 15 de septiembre se celebra el Día de la Democracia, una conmemoración global que destaca la relevancia de la democracia como un pilar esencial para la participación ciudadana en la toma de decisiones colectivas. Este día tiene una importancia especial al ofrecer una oportunidad valiosa para reflexionar sobre los retos que enfrentan las democracias actuales. En un contexto marcado por el ascenso de tendencias autoritarias y crisis de seguridad, tanto a nivel mundial como en naciones individuales, el Día de la Democracia se convierte en un momento crucial para abordar estos desafíos y fomentar el fortalecimiento de los sistemas democráticos.
Hannah Arendt, en su obra “Eichmann en Jerusalén: Un informe sobre la banalidad del mal”, ofrece una perspectiva crítica sobre cómo el mal puede surgir no solo de intenciones malignas, sino también de la conformidad y la falta de pensamiento crítico. Arendt argumenta que el mal puede ser perpetrado por individuos que, al actuar de manera burocrática y obedecer ciegamente a la autoridad, se convierten en cómplices de atrocidades. Esta perspectiva es crucial para entender cómo las estructuras democráticas pueden ser corrompidas cuando los individuos y las instituciones priorizan el poder sobre los principios éticos. Arendt subraya la importancia de una ciudadanía activa y crítica para preservar la integridad democrática y evitar que el mal se normalice en el contexto de sistemas de gobierno.
Según Santiago Carranco, coordinador del IRLAB de la UIDE, a nivel mundial la democracia enfrenta varios riesgos significativos. El ascenso del autoritarismo, la erosión de las normas democráticas y las crisis económicas son amenazas prominentes que debilitan las instituciones democráticas. La consolidación del poder en manos de líderes autoritarios y la manipulación de procesos electorales han puesto en peligro los principios democráticos en numerosas naciones. La polarización política y la desinformación también representan amenazas importantes, ya que socavan la confianza en las instituciones y fragmentan el tejido social. Estos desafíos requieren un esfuerzo continuo para proteger y fortalecer los principios democráticos y asegurar que los sistemas de gobierno se mantengan responsables y transparentes.
En América Latina, los desafíos a la democracia son especialmente preocupantes. En El Salvador, el presidente Nayib Bukele ha implementado políticas de mano dura que, aunque populares entre ciertos sectores, han generado inquietudes sobre el respeto a los derechos humanos y la separación de poderes. Estas políticas reflejan una tendencia hacia el autoritarismo que podría socavar las instituciones democráticas en el país. En Argentina, la crisis económica y la polarización política han generado incertidumbre sobre la estabilidad democrática, poniendo en riesgo la capacidad del país para enfrentar sus problemas económicos y sociales sin comprometer los principios democráticos. Venezuela enfrenta una crisis humanitaria profunda y un régimen autoritario bajo Nicolás Maduro, lo que ha llevado a una devastación de las instituciones democráticas y un colapso en el respeto por los derechos humanos. En Honduras, la corrupción y la falta de confianza en el sistema judicial han socavado la democracia, evidenciando una tendencia preocupante en la región.
El Día de la Democracia no solo celebra el valor de la democracia y los principios liberales a nivel global, sino que también invita a una reflexión crítica sobre los riesgos actuales y futuros para los sistemas democráticos. A través del análisis de casos específicos en América Latina y el fortalecimiento de los sistemas democráticos mediante se busca garantizar que la democracia siga siendo un pilar fundamental para la justicia, la inclusión y la estabilidad en todo el mundo.
Santiago Carranco Paredes PhD- Coordinador del IRLAB UIDE. Organizador de los Diálogos de Política Exterior del Ecuador.