Se muere de sed junto a la fuente
Henry Llanes Suárez1 (2022-09-01)
Enorme dependencia del mercado internacional de los derivados de los hidrocarburos. Es urgente modificar la política petrolera, la legislación y la contratación petrolera
La economía nacional se descapitaliza anualmente en miles de millones de dólares, debido a su enorme dependencia del mercado internacional de los derivados de los hidrocarburos.
En las últimas décadas el Ecuador ha perdido soberanía energética, porque el petróleo no fue llevado al desarrollo de la petroquímica, de la que, según ingenieros industriales especializados en refinación de hidrocarburos se derivan actualmente más de 4.000 productos; es decir, si el Ecuador hubiera llevado al petróleo a una economía de escala, se hubieran multiplicado sus ingresos de forma exponencial, en condiciones totalmente muy superiores de lo que recibe actualmente por la exportación del hidrocarburo en condición de materia prima, en cuyo proceso, recibe un alto castigo en el precio de exportación del barril del hidrocarburo.
Para mover la economía nacional, cada año el Ecuador tiene que importar una enorme cantidad de combustibles. En las últimas décadas se ha dado una mayor dependencia del mercado internacional de los combustibles, porque los gobiernos de turno incumplieron lo que disponía el artículo 5 de la Ley de Hidrocarburos, el mismo que fue modificado por la Ley Orgánica para el Desarrollo Económico y Sostenibilidad Fiscal tras la pandemia covid-19, la cual entró en vigencia por el ministerio de la ley (Registro Oficial No 587, 29 de noviembre de 2021).
Resulta paradójico pero es una realidad, que siendo el Ecuador un país que explota petróleo, es a la vez importador de los derivados de los hidrocarburos, en este caso, de los siguientes productos: naftas de alto octano, gasolinas, diésel, gas licuado de petróleo (GLP), Jet Fuel, Fuel Oil, Avgas, Cutter Stocks, NBO, VGO, lubricantes, urea, fertilizantes y productos sintéticos; según Luis Luzcando (especialista en movimiento y facturación de productos), durante el período 2007-2020, solo en la importación de tres productos: gasolinas, diésel y GLP, el Estado invirtió USD 51.360 millones; así mismo, para atender la demanda nacional, el Estado importa el 60% en gasolinas, el 75% en diésel y el 88% en GLP (Oswaldo Erazo Arboleda, Director Ejecutivo de la CAMDDEPE)2.
Por estos antecedentes, durante 50 años de explotación petrolera, el país no ha podido ahorrar un solo dólar del manejo de esta actividad económica, considerada en los análisis de política económica, como el principal rubro de producción del país, desde los años setenta hasta la actualidad, por la generación de energía y por las divisas en miles
de millones de dólares; pero este dinero no se queda en el país, porque la mayor parte sale del país a través de los enormes costos de producción del barril del petróleo que paga el Estado a las contratistas, por el alto castigo en la exportación del barril del petróleo y por la importación de enormes cantidades de los derivados del petróleo.
Para evitar que unos cuantos inescrupulosos se sigan llevando en peso la mayor riqueza petrolera de este país, es urgente reformar la política petrolera, la legislación y la contratación petrolera, en función de los siguientes criterios:
1.- Reformar la Ley de Hidrocarburos en función de lo que disponen los artículos: 1, 313, 314, 315, 316, 317 y 408 de la Constitución de la República.
2.- Definir un solo tipo de contrato para explorar y explotar los hidrocarburos, en el cual, el Estado tenga la mayor participación accionaria conforme lo disponen los artículos 315 y 316 de la Constitución de la República.
3.- Sacar del Ministerio de Energía y Minas al órgano de control y de regulación hidrocarburífera, al cual, a través de una ley orgánica se lo debe dotar de autonomía jurídica, administrativa, financiera y operativa, es decir, se debe constituir una Superintendencia de Hidrocarburos que tenga como función fundamental, controlar y regular la actividad hidrocarburífera que se desarrolla en el país, la cual comprende las fases de exploración y explotación, transporte y almacenamiento, refinación y comercialización de los hidrocarburos.
4.- A través de una ley orgánica impulsar la autonomía jurídica, administrativa, económica y operativa de PETROECUADOR, que comprenda los siguientes objetivos:
- Reducir costos en la comercialización de los derivados de los hidrocarburos, evitar las importaciones y la salida de divisas, para lo cual se debe ampliar la capacidad refinación de los hidrocarburos en el país.
- Reducir costos en la comercialización de los combustibles, para lo cual se debe eliminar la intermediación comercial de estos productos.
- Optimizar costos en la comercialización de los combustibles, para lo cual se debe fortalecer la comercializadora de PETROECUADOR.
- Evitar el contrabando de combustibles, para lo cual se debe ampliar las estaciones de servicio (gasolineras) de PETROECUADOR en las provincias fronterizas y en la costa ecuatoriana, especialmente en las provincias de Esmeraldas, Guayas, Santa Elena, Manabí y El Oro.
- Reducir costos de importación y uso del diésel en la explotación de los hidrocarburos, e industrializar el gas asociado que se explota de los pozos petroleros de la región amazónica.
- Eliminar la utilización del diésel en la generación de energía termoeléctrica, para lo cual se debe ampliar y fortalecer la explotación del gas natural del campo Amistad.
5.- Los precios de los combustibles al consumidor, de los que se producen en el país, deben definirse en función de los siguientes parámetros: precio FOB del barril del petróleo puesto en Balao-Esmeraldas, más costos de refinación, de transporte, de almacenamiento y distribución de los derivados de los hidrocarburos, a los que debe sumarse, el pago de impuestos y definirse una utilidad razonable.
El Ecuador no ha tenido la visión, el talento y el carácter para aprovechar la ventaja competitiva que le ha dado el petróleo, se muere de sed junto a la fuente.