Fausto Giraldo
En realidad hace mucho tiempo se ha cuestionado “las acciones de las empresas y entidades de control de tránsito así como de sus agentes”, pero estas últimas semanas en gran parte de ciudades del país a través de redes sociales se ha agudizado la crítica y exigencia sobretodo de transparencia, celeridad, respeto, calidad de gestión y salida de funcionarios, incluso se ha anunciado jornadas de movilización de conductores.
En principio quienes conducen un vehículo deben cumplir con los requisitos para hacerlo: tener al día licencia y matrícula, revisión anual, estado adecuado de los automotores, permisos de operación y no cometer infracciones y contravenciones dispuestas en la ley; de allí es correcto cuestionar incapacidad de gestión, inadecuados procedimientos, falta de transparencia o corrupción.
Me atrevo a señalar varios aspectos que posiblemente son necesarios cambiar para mejorar en la gestión, regulación y control del tránsito:
1
Reformar la Ley de tránsito dentro del contexto real, quizá la actual tiene vacíos legales permisibles para que el control del tránsito no sea transparente y se cometan abusos como por ejemplo el que se hagan supuestos operativos sin conocimiento de las autoridades y cuyo objetivo, se denuncia, es posiblemente la extorsión.
Puede ser que la ley vigente contenga normas exageradamente punitivas para los infractores o que a su ves estas regulen inadecuadamente los permisos de operación como por ejemplo a quienes hacen uso de sus vehículos para la distribución de productos, entre otras compañías que se ven afectadas a la hora de gestionarlos y no pueden ejecutar sus actividades productivas.
2
Lamentablemente en las empresas de tránsito, la designación de gerentes, se ha dado en función de la relación y compromisos políticos y no se ha nombrado a profesionales del área o que demuestren capacidad a la hora de gerenciar las entidades, por ello hoy los conductores piden su salida con justa razón.
3
No se puede generalizar la falta de transparencia de todos los agentes de control de tránsito, pero como se ha dicho “por unos pagan todos”. Precisa trabajar en procesos internos de fortalecimiento de los conocimientos sobre normas y relaciones interpersonales, ética y transparencia, mecanismos de actuación y comportamiento en crisis de tránsito, etc.
La reglamentación interna, en caso de detectarse actos indebidos de los malos agentes, debe reflejar en hechos concretos y acciones públicas las sanciones, varias evidencias de videos ciudadanos han demostrado corrupción y falta de transparencia cuando los servidores, que de paso no son autoridad, han incurrido como recibir dinero o posibles extorsiones a los conductores, con o sin infracciones o contravenciones.
4
Modernizar o implementar sistemas actualizados de control de tránsito que permitan a los conductores y los propios agentes de tránsito evacuar con celeridad los procesos de llamados de atención, sanción y solución de conflictos.
5
Implementar verdaderos planes de transporte público integrales y sustentables en los territorios capaz que estos contribuyan a mejorar la movilidad de los habitantes y reduzcan la problemática de tránsito e incumplimiento de las disposiciones legales.
6
No se ha observado una verdadera campaña o un plan debidamente formulado en relación a la educación vial, los mecanismos de comunicación que tienen las empresas de tránsito son utilizadas para difundir la “gestión ” de sus gerentes y poco espacio para promover la cultura vial responsable; más aún en las entidades que no son empresas como la Comisión de Tránsito de la cual no se experimentarian estos mecanismos de socializacion y educación vial.
7
Precisa mejorar la sensibilidad de las entidades de control del tránsito en momentos como la crisis sanitaria que hicieron caso omiso al pedido de no realizar la revisión de los vehículos el 2020. La sensibilidad habría expresado empatía social con la población.
Este mes será crucial para las entidades, los conductores se sienten vulnerados y afectados con su accionar, de hecho no se les puede otorgar el cien por ciento de crédito porque también existe abuso e incomprensión, incluso muchos han atentado en contra de la vida de los agentes de tránsito, pero será necesario que la gestión del tránsito tome “una vía” que es en definitiva la corrección y mejoramiento de sus servicios, caso contrario no será posible sostener la poca autoridad que ahora tienen.