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Después de su segundo embarazo Andreina P., (nombre protegido), pasó por el
momento más difícil de su vida debido a la preeclampsia que se le presentó en
los últimos meses de gestación. Como consecuencia sufrió insuficiencia renal
crónica y aunque se sometió al tratamiento correspondiente no obtuvo los
resultados esperados. A los seis meses del parto inició sus sesiones de diálisis
en el Hospital de Especialidades Teodoro Maldonado Carbo, HTMC.
Relata que, durante los tres años que se sometió a diálisis, la experiencia fue la
más difícil y devastadora de su vida. “La diálisis me dejaba en cama, me
tumbaba, me daba dolor de cabeza, mareos y vómitos. Llegué a quedarme ciega
debido a la presión alta, exactamente dos días. Estuvieron a punto de intubarme
por dos ocasiones”, recuerda.
Cuando la llamó su médico tratante para darle la noticia de su trasplante renal
se sintió bendecida porque era lo que más anhelaba. “Recibo una llamada 02:00
y era mi doctora, me dijo: “Andreina tú ya sabes por qué te llamo”. En ese
momento corrí y sentí una emoción grande, le dije a mi esposo ¡Hoy es el día,
voy a trasplantarme!”.
El apoyo de su familia, especialmente de su esposo, fue fundamental en todo el
proceso. Lo que vivió fue algo que no quisiera volver a experimentar, ni se lo
desea a nadie.
Antes de llegar al HTMC, Andreina P., buscó alternativas en diversas
fundaciones y organizaciones pero no logró obtener el apoyo que necesitaba.
“Toqué muchas puertas pero gracias a Dios, obtuve mi trasplante”, expresa con
alivio.
Comenta que estuvo muy comprometida con su tratamiento y acudió
puntualmente a todas sus citas médicas. Su dedicación dio frutos y recibió un
trasplante renal exitoso. Agradece a los médicos del HTMC por su
profesionalismo, dedicación y trato humano, elementos clave en su
recuperación.
Andreina P., está satisfecha con la atención recibida en el HTMC. Agradece al
IESS porque su intervención y todas sus atenciones no tuvieron costo. “El IESS
ha sido para mí el pilar fundamental porque yo tengo mis controles al 100% aquí.
En pandemia llegaba mi medicina en ambulancia a la puerta de mi casa, yo no
tenía que salir”, asegura.
“Siempre fui una mujer activa, trabajadora y emprendedora y quedarme en cama
la mayor parte del tiempo me resultaba frustrante. La enfermedad no solo afecta
físicamente, sino que también golpea emocionalmente. En esos momentos la
depresión puede ser muy fuerte, pero gracias a Dios, hoy puedo decir: ¡Estoy
trasplantada!”, sostiene Andreina.
Andreina asegura que el IESS le salvó la vida, “tiene médicos competentes que
no les piden favor a médicos de afuera, la verdad mis médicos han sido los
mejores y yo estoy muy agradecida. Ellos siempre me dan la mano, nunca he
tenido que esperar para mis citas médicas, el proceso es rápido y ágil”.
La historia de Andreina P., es testimonio de la importancia de contar con un
sistema de salud accesible, eficiente y humano como el que ofrece el IESS.
Gracias al compromiso de los médicos y al apoyo incondicional de su familia,
pudo superar uno de los momentos más difíciles de su vida y ahora disfruta de
una nueva oportunidad