¿A espaldas del pueblo ecuatoriano?
Henry Llanes Suárez1
Los que pacten con el correísmo estarían cavando su propia tumba política, se estaría cumpliendo lo que dice la dialéctica hegeliana, “las capas nuevas reemplazarían a las capas viejas”.
El pactar con el correísmo significaría no entender el significado de la política, significa tener una visión de corto plazo, la cual
seguramente tendrá su revés en las elecciones de 2023 o en impulso de consultas populares y referendos; el pueblo aprovechará la ocasión para castigar a los que lo traicionen.
Desde el punto de vista teórico, la buena política debería nutrirse de buenos propósitos, de valores y de principios que no transgredan el contenido y fin de la moral y de la ética.
En las últimas horas se viene denunciando a la opinión pública que se estaría conformando un bloque de mayoría con el correísmo, se trataría de un “acuerdo por debajo de la mesa”, el mismo que tendría como objetivo fundamental, conformar una “COMISIÓN DE LA VERDAD” para que allane el camino del perdón y olvido del latrocinio
de los fondos públicos.
El pacto de la impunidad comprendería tomar el control de la Contraloría General del Estado y del Consejo de la Judicatura para
reestructurar la Función Judicial, esto es, remover a jueces y fiscales.
Estamos a tiempo para que se corrijan los potenciales errores políticos, por fuera del bloque correísta (UNES) existen los votos
suficientes para conformar un BLOQUE HISTÓRICO que le permita al Ecuador salir de su enorme crisis sanitaria, económica y de las finanzas públicas, así como de su enorme crisis moral y ética que está desestabilizando peligrosamente a las instituciones públicas y privadas de la sociedad ecuatoriana.
Por el bien del Ecuador decimos, no al pacto de la impunidad.