Autor: Pablo Caicedo
Desgraciadamente para Ibarra, la provincia de Imbabura y el país; las fiestas de esta ciudad se han convertido en un zafarrancho de actividades carnavalescas, sin ningún criterio cultural, sin respuesta al verdadero fundamento de lo que significa una fiesta ciudadana.
Veamos algunas actividades ausentes en las famosas fiestas, como dice la ciudadanía “mucho ruido y pocas nueces”.
El Municipio y la Casa de la cultura, como entes involucrados en la cultura han olvidado su rol en el sentido de que las fiestas ante todo y por sobre todo deben ser elementos culturales que amplíen y refuercen la cultura en el mas amplio sentido de la palabra.
Ha olvidado que la base de la libertad de los pueblos es la cultura y las fiestas cívicas y paisanas deben ser eso de la ciudad y del país en apoyo al desarrollo socioeconómico.
Es urgente que la Casa de la Cultura y el departamento respectivo del Municipio entren en acuerdo para mediante la cultura realizar todo tipo de fiestas incluyendo las conmemoraciones históricas y religiosas.
A vía de ejemplo citaré algunas actividades que debieron realizarse, si en realidad hubiesen querido que las fiestas sean un instrumento cultural. Criterio huérfano en estos momentos, desgraciadamente.
Realizar el primer congreso de escritores de Imbabura y premiación a quienes han publicado sus obras en este año Intervención de la Orquesta Sinfónica Nacional en un concierto de música ecuatoriana y latinoamericana. Presentación de grupos folclóricos nacionales de reconocido prestigio internacional
Conferencia magistral del delegado de la UNESCO sobre la problemática educativa naciones con la intervención de rectores de universidades e institutos de nivel medio y la presencia de alumnos de esos niveles.
Debió pensarse en un Primer Congreso de compositores y autores de la música de Imbabura y premiación a los más destacados, previa organización para fomentar este arte como apoyo a la no violencia debió pensarse en un Ciclo de Conferencias de las diferentes Sectas Religiosas sobre valores ético-morales, con la asistencia y participación de la juventud y de la ciudadanía en general.
Para dar un toque de belleza, alegría y apoyo socio-económico a la región debió realizarse un concurso de ultimas modas que destaquen la hermosura de la mujer imbabureña y apoyar a la industria textil y manufacturera.
Frente a la violencia e inseguridad campeante; debió realizarse un ciclo de conferencias de técnicos de la Policía Nacional sobre defensa personal y medidas de seguridad para garantizar la paz y seguridad ciudadanas.
Para que la fiesta no sea solamente pachanga y licor, debieron presentar informes prácticos y demostrativos de los avances tecnológicos y científicos los rectores de las universidades de Imbabura. El Yachay en acuerdo con el municipio y la prefectura debieron organizar la fiesta de ciencia y la tecnología con la participación eficiente de los alumnos graduados y estudiantes.
Para brindar un poco de esperanza a la ciudadanía; el municipio debió dar una rueda de prensa de la posible inauguración del nuevo mercado Amazonas con un programa especial de las vivanderas como beneficiarios directos.
Por lo menos se debió anunciar para aliviar el lamento ciudadano sobre la putrefacción del lago Yaguarcocha, la verificación de las aguas que ya están purificadas, que tienen cero contaminaciones y la finalización del dragado de los deshechos encontrados tras 20 años de descuido de los últimos alcaldes.
Desgraciadamente las actuales fiestas muy caras, casi nada han aportado satisfacer aspiraciones sanas y concretas de los ciudadanos. Creo con pachanga y licor se hace poco favor al desarrollo que de be ir a las manos con la sana alegría nacida de las satisfacciones sociales.
LA MEJOR FIESTA ES LA SATISFACCION PLENA DE LAS NECESIDADES SOCIALES