Autor: Marco Tulio
Es deplorable mirar como ciertos sindicatos de trabajadores o gremios de profesionales y comerciantes se quedaron literalmente en el pasado. Estas agrupaciones se detuvieron en el tiempo, no evolucionaron, no entendieron que toda sociedad está en constante proceso de cambio, miraron de lejos y con temor el avance tecnológico y lo que es peor, se olvidaron del cambio generacional para promocionar y potenciar nuevos lideres con ideas y tendencias renovadas acorde con las nuevas dinámicas del convivir ciudadano.
Estos gremios, cámaras y sindicatos, que en los años 90 y 2000 fueron grandes protagonistas en el desarrollo del país, en lo social, político y económico, ahora viven de los recuerdos, en el “letargo” y solitarios. Este retroceso y estancamiento no es por “casualidad”. Todo es producto de un marcado EGOÍSMO y falta de visión FUTURISTA de aquellos “dirigentes”, que a su debido tiempo, pensaron y aún piensan, que solamente ellos son los “iluminados e irremplazables”, sin tomar conciencia del verdadero sentido de la REPRESENTATIVIDAD y del trabajo que deben realizar a favor de sus asociados. Estos “lideres” sociales debieron ser más propositivos y dar oportunidad a gente nueva para no quedarse como verdaderos guardianes de “reliquias”. Por ejemplo: hay un código laboral desactualizado que data de 1938, estatutos y reglamentos internos de elecciones, manoseados y “ajustados” a su medida, o según las conveniencias, para sacar provecho personal y de su pequeño círculo que los rodea. De ahí que surgen varias interrogantes. ¿Por qué el afán desmedido por quedarse, periodo tras periodo? ¿De qué viven? ¿A quién responden?, o simplemente es el “morbo de figuretear”, buscar un balcón político, una foto para el Facebook o por pura vanidad.
Llevan décadas gritando y formulando las mismas consignas, pronunciando de memoria, los mismos discursos, las pancartas con el mismo contenido, desde que nació el “rock and roll”. Es por eso y muchas razones que cada vez pierdan credibilidad y poder de convocatoria, de tal manera que la ciudadanía llega a tener una imagen clara de todo lo que sucede en su entorno y convirtiéndoles en actores sociales de un mundo “petrificado” de la época jurásica.
Es importante y oportuno que los dirigentes sindicales y presidentes de los diferentes gremios cambien de “chip”, dejen de lado ese “ego” mal sano y piensen en los momentos complejos que está atravesando la sociedad. La vida se nos está yendo entre la pandemia, la crisis económica y la inseguridad. Se perdieron miles de puestos de trabajo, la gente vive del día a día, vive en la informalidad, hay mucha pobreza, la violencia social avanza rápidamente y arrasa lo que encuentra a su paso. No es justo que en esta época tan difícil les den las espaldas de esa forma a sus asociados y sindicalizados.
Emplazamos a los dirigentes de estas agrupaciones sociales, a dejar de pensar en pequeñeces y en el beneficio personal, ya basta, de utilizar como “amuletos” los estribillos “todo es por la lucha social” o “todo lo que hacemos es un voluntariado”.
De aquí en adelante que prevalezca el bien común, para alcanzar los cambios anhelados de estas institucionales para el presente inmediato y de las futuras generaciones. (M.T.A.V.)