Fausto Giraldo
Definitivamente en el Ecuador no existe el juego limpio en la política y la justicia, priman los antivalores como la mentira, el odio, el robo, el engaño, el interés personal y grupal, el uso y abuso de los recursos del Estado.
El Tribunal Contencioso Electoral, que parecía estar en aparente calma, al margen de la denominada desinstitucionalización, fue objeto de un golpe político, el presidente ha sido removido por tres jueces de cinco que componen este organismo. Más adelante, en derecho ojalá, se determine la legalidad o ilegalidad de lo actuado; sin embargo, mirando lo que sucede en Venezuela, en donde el gobierno tiene cooptado el Tribunal de Justicia Electoral, par o símil al de Ecuador, corresponde pensar realmente que hay detrás de lo sucedido en el TCE.
El Contencioso Electoral tiene en sus manos dos procesos de importancia para el gobierno:
Por un lado, está la denuncia que hiciera Santiago Guarderas, consejero de participación ciudadana, en contra de la Vicepresidenta por campaña anticipada en el 2023, cuando se postuló como candidata a alcaldesa de Cuenca, con lo que se buscaría que no pueda asumir el encargo de la presidencia mientras Daniel Noboa está en campaña electoral;
Por otro lado, Verónica Abad, denunció al presidente y otros altos funcionarios por violencia política de género, sea dicho de paso lo advertí hace algunos meses que este es un derecho que podía hacer uso, esta acción jurídica, si bien no genera la destitución directa del mandatario, si deviene el retiro de los derechos políticos y se constituye en una prohibición para ejercer cargos públicos.
Así mismo, en esta falta de transparencia en el juego político al parecer sigue infiltrado en las cortes, un tribunal acepta el pedido del procesado Wilman Terán, ex presidente de la Judicatura para que sea trasladado de la roca, centro de máxima seguridad en Guayaquil, a la cárcel 4 en Quito, varios analistas sostienen que habría incidencia, hasta de fraternidad, para que se haya adoptado dicha resolución. Y es que en lo del órgano judicial, en el que no se ha entendido aún que la ciudadanía le tiene puesto el ojo, no solo es político el tema sino delincuencial, se continua dejando en libertad, medidas cautelares o resoluciones en favor de la delincuencia, la política los detiene hasta en flagrancia y los jueces los liberan.
La perla de estos tiempos constituye el uso de los recursos del Estado, mal uso diría yo, por parte del gobierno:
Todos los ministros salen en defensa de su presidente, eso no cuestiono, pero sí que lo hagan a través de las plataformas institucionales bajo el supuesto de un golpe de Estado, ministros que deberían por lo menos seguir un cursito de gobierno, gobernanza, gobernabilidad y otros elementos conceptuales que les permita ubicarse en su gestión;
El presidente organiza el bautizo de su primogénito, un hecho privado, y cierra las vías con la presencia policial y militar desde el palacio a la iglesia;
La esposa del presidente recorre comunidades, sectores y establecimientos educativos sin ser funcionaria del Estado y con recursos de este, aeronaves, vehículos, elementos uniformados y se supone toda una logística, es más, existe la denuncia publica de que personal de logística habría indagado a niños de una unidad educativa sin la presencia de sus padres de familia, violentando la privacidad y derecho de la niñez, con el fin de determinar de donde se originó que mencionaran el nombre de una política en vez del suyo; hasta se observa como uno de los escoltas habría estado paseando a su mascota frente a un edificio en la ciudad.
Es que todo esto nos tiene cansados, con cierta impotencia de decir basta ya y poner freno a todos los políticos y gobernantes, jueces y más que han creído que el Estado y las instituciones son suyos, que pueden hacer lo que les da la gana, no se si las elecciones puedan resolver esta situación, pero aspiro a que como ciudadanos reflexionemos y jamás permitamos que el pasado y el presente corrupto y delincuencial vuelvan.