Este mes se celebran dos fechas ambientales significativas que guardan estrecha relación con el cuidado de la naturaleza y la mitigación del cambio climático: Día Mundial del Agua (22 de marzo) y Día del Clima (26 de marzo), eventos que invitan a reflexionar sobre la importancia de preservar los recursos naturales para las presentes y futuras generaciones.
Uno de los temas preocupantes que motiva diversos debates y acciones en torno a la conservación del recurso hídrico en todo el planeta, se encuentra plasmado en la Agenda 2030: la considerable reducción de este líquido vital a causa de su mal uso. El crecimiento acelerado de la población podría ser una de las principales causas ya que se prevé que para el año 2050, la cifra podría alcanzar los 10 mil millones de habitantes a escala mundial.
Desde el punto de vista climático, el accionar de las empresas y las personas tienen una gran incidencia. Durante los últimos años se ha evidenciado una variación significativa y las primeras manifestaciones del cambio climático cuyos efectos se verifican en el aumento del nivel del mar, el derretimiento de los glaciares y la aparición de fenómenos meteorológicos extremos. Según la Organización Meteorológica Mundial (OMM), desde el año 2015 hasta el 2019, estos efectos han aumentado, causando graves repercusiones a escala global.
Procesos limpios y aprovechamiento eficiente de los recursos en la industria
La cementera Unacem Ecuador cuenta con un sistema de gestión ambiental enmarcado en una política de responsabilidad social empresarial que establece como mandatoria la búsqueda de la eficiencia en el uso de los recursos naturales no renovables como el agua. Desde el año 2011, la empresa puso en marcha un sistema de tratamiento y recirculación del agua, lo que ha permitido, a través de los años, reducir la cantidad de agua captada para su utilización en las operaciones hasta en un 38%.
El tratamiento del agua consiste en enfriarla, retirar el material sedimentable, oxigenarla, eliminar cualquier componente extraño y almacenarla. Una vez efectuado este paso se ejecuta un procedimiento de bombeo, que posibilita reingresar el agua al sistema de enfriamiento de equipos en el proceso. “Este sistema nos ha permitido, año a año, incrementar la recirculación, y con ello disminuir el uso de agua fresca, para así optimizar su manejo al interior de planta y ser más eficientes en su uso”, acotó Patricio Díaz, gerente de ecología industrial en Unacem Ecuador.
Además, Díaz agrega que: “el proceso productivo del cemento consiste en transformar las materias primas en un nuevo mineral, utilizando energía calórica para lograr las reacciones químicas necesarias; contrario a lo que se piensa, en este proceso el agua se utiliza únicamente para el control de la temperatura de los equipos, como un método de enfriamiento”.
Por este esfuerzo de producción más limpia, Unacem Ecuador ha recibido varios reconocimientos, entre los que se destaca el otorgado por el Ministerio del Ambiente y Agua con la “Certificación Ecuatoriana Ambiental Punto Verde” – Empresa Eco-Eficiente desde el año 2015. En la auditoría 2020 se demostró una reducción del 28,50% de agua captada.
Economía circular, beneficio común
El proyecto de recirculación del agua de Unacem Ecuador reutiliza el 100% de productos y subproductos que genera, lo que se convierte en un claro ejemplo de economía circular, caracterizada por el aprovechamiento de todos los recursos, su reutilización, reciclaje y reinserción en el sistema, evitando así el desperdicio. Esta actividad se vincula con el concepto de ecología industrial, que busca disminuir los residuos, reutilizarlos y convertirlos en un nuevo recurso, lo que conlleva un doble beneficio para las industrias: la conservación de la naturaleza y la generación de ahorros significativos.
Es una responsabilidad compartida entender que, a medida que cambia el clima por la conducta de los seres humanos, la disponibilidad de los recursos naturales como el agua cambiará drásticamente y, por ende, presenciaremos afectaciones en todos los ámbitos de la sociedad, particularmente en aquellos relacionados con la calidad de vida en el planeta. Es necesario que se evidencie un cambio de actitud y comportamientos, que permita mitigar las consecuencias de un cambio climático que las presentes generaciones ya están sintiendo.