Fausto Giraldo
Varias madres de familia se han comunicado para manifestar su preocupación sobre la cuota escolar que les solicitan en las instituciones educativas y que fluctúan entre los quince y veinte dólares, mismos que recaudan los comités centrales de padres de familia y que supuestamente están orientados al mejoramiento físico y desarrollo de los establecimientos.
Por poner un ejemplo, una unidad educativa con mil alumnos, al ser la cuota de 15 dólares al año, recibirían en total 15 mil dólares, otras menos y otras más, según el número de estudiantes. La inquietud que tienen las madres de familia es ¿realmente se invierten esos dineros?, más cuando han existido casos de denuncias en las que los directivos de los comités supuestamente se habrían llevado esos recursos o por lo menos un alto porcentaje de ellos.
¿Quién hace una auditoría a los aportes de los padres de familia?, ¿Cuál es el rol del Ministerio de educación y sus direcciones distritales?, ¿Se hace una rendición de cuentas sobre lo gastado y en donde quedan los recursos sobrantes?, la pregunta más importante: ¿se debe cobrar cuotas escolares?
El artículo 28 de la constitución establece que la educación pública es gratuita hasta el tercer nivel de educación superior; mientras que la disposición transitoria decimoctava, manifiesta: “El Estado asignará de forma progresiva recursos públicos del Presupuesto General del Estado para la educación inicial básica y el bachillerato, con incrementos anuales de al menos el cero punto cinco por ciento del Producto Interno Bruto hasta alcanzar un mínimo del seis por ciento del Producto Interno Bruto.
Se comprende como parte del servicio de educación que debe prestar el Estado a los niños y jóvenes: la contratación de docentes y su capacitación permanente; aulas y mobiliario adecuado; talleres y laboratorios equipados integralmente para la práctica y experimentación en diversas áreas de las ciencias; implementación tecnológica y acceso a internet; baterías deportivas, culturales, recreativas y sanitarias; servicios básicos; útiles, suministros, materiales de oficina y limpieza, entre otros.
A de tomarse en cuenta para garantizar la inclusión de los niños, aquellos que en su mayoría no tienen suficientes ingresos económicos en sus hogares, se les debe proporcionar útiles escolares, uniformes, calzado y, como eje transversal que implica el bienestar social, la alimentación escolar.
Entonces, el gobernante, los administradores de la educación y en varias ocasiones autoridades de los establecimientos, profesores y padres de familia no tienen conciencia sobre estos aspectos, no solo que piden la cuota escolar, sino que también, solicitan papel higiénico de dispensador (ahora), jabón líquido de manos, pasta dental y quien sabe que otros insumos, estos que al finalizar el año escolar se encuentran en espacios cual si fuesen bodegas de almacenes.
En definitiva la Constitución y las leyes son aplicables solo para ser utilizados en beneficio de quienes están en las más altas esferas gubernamentales, la educación gratuita es letra muerta, miles de niños se quedan al margen de acudir a las escuelas porque sus padres no cuentan con los recursos suficientes para, incluso dar los centavos para el transporte, estos niños son el caldo de cultivo de los grupos organizados delincuenciales; con la cuota escolar, aunque para unos parezca poco, para otros significa mucho, limitan aún más este acceso.
La cuota escolar no puede por ningún concepto ser obligatoria, si usted realmente no tiene, no la pague, no pueden impedir a sus hijos a asistir a la escuela por este hecho. Anhelo que en un corto tiempo como sociedad podamos alcanzar una verdadera justicia social para que la educación gratuita y de calidad se haga realidad.