Fausto Giraldo
La encuesta es una técnica de recolección de datos sumamente importante en todos los ámbitos de la vida económica, social e incluso política del mundo.
Empresarios identifican necesidades y niveles de consumo de un producto, instituciones aplican instrumento a fin de contar con datos o registros que les permita adoptar planes y políticas públicas, la academia recaba información para la generación de carreras universitarias, así la también la formulación de proyectos de orden vial, ambiental, cultural y social hacen uso de este mecanismo de recolección de datos.
La modalidad de aplicación de encuestas es variada: física presencial, virtual mediante medios electrónicos y telefónicamente.
Las encuestas no constituyen una aplicación a la mayor cantidad de población, al contrario por ejemplo en política electoral de posiblemente 10 millones de votantes se obtiene una muestra según la fórmula matemática respectiva, se estratifica, se sectoriza y se la aplica; son apenas un aproximado de tres mil personas las consultadas sobre sus intereses o afinidad hacia una u otra persona en condición de candidato. Igual mecanismo se lo realiza para los demás ámbitos de la vida cotidiana.
Para quienes comprenden la importancia de la aplicación de instrumentos técnicos en su actividad empresarial, social, política, saben que la información recabada les permite adoptar decisiones en la estrategia, planes, programas, proyectos, marketing, entre otros aspectos que les posibilite mejorar ventas o cambiar campañas electorales.
Sin embargo de lo antes mencionado el “utilitarismo” de esta herramienta técnica por parte de quienes fingen una candidatura ha sido un acto común entre quienes “pagan” sus estudios de opinión para saber cuál es su posicionamiento electoral.
Apenas si se han mocionado sus nombres para registrarse como candidatos presidenciales, legislativos, gobernantes locales y ya difunden por todos los medios públicos el supuesto de que se encuentran primeros en las encuestas, con ello crean condiciones de privilegio y proporcionan un mensaje anticipado de resultados que se anidan en las frágiles mentes de la ciudadanía que suele hacer el ejercito electoral condicionada por el voto útil más que por el razonamiento de quienes son, sus antecedentes, capacidades y propuestas.
Poquísimas son las empresas consultoras de estudios sociales y políticos que limitan su accionar a la ejecución de actividades de investigación, las demás activan en base a las “chequeras” y su inclinación política, estas difunden resultados en los que incluso en muchas ocasiones no han tenido una real relación con los obtenidos en las urnas por sus candidatos.
De una de las consultoras se desprende un dato que si es importante analizar y que todos los candidatos deberían tomar en cuenta, antes de decir que los resultados les favorecen y van primeros, entre un 50 y 60% de la población a menos de 30 días de las elecciones no han decidido por quién votar, es decir más de la mitad de votantes. Entonces este si es un resultado hasta publicable que permite a la política electoral planear la elaboración de mensajes tanto para ganar adeptos así como para reducir los niveles de ausentismo o nulidad de los votos.
No se si por la pandemia o el aumento de uso de medios digitales en la campaña electoral es que al parecer cada candidato tiene su encuestadora y cada una de ellas dice que su “chequecandidato” está primero, ninguna de ellas puede refutar que la mayoría de ecuatorianos no confía en el sistema electoral, existe un alto porcentaje que votaría nulo y el mayor número de población aún no ha decidido por quién votar.
Más allá de las encuestas es importante que los votantes debatamos en los hogares candidatos, partidos, antecedentes, planes, propuestas, credibilidad, capacidad y honestidad, en función de ello decidamos por quién votar directamente en las urnas.