08 de Noviembre de 2022

La Policía preventiva ahora usa fusiles. El estado de excepción ha permitido hacer uso de algunos recursos.

Tras una semana bajo ataque y después de haber perdido a seis de sus miembros, la Policía Nacional debió reinventarse. Al menos en Guayaquil y Durán el modelo de gestión de la institución está cambiando.

El comandante de la Zona 8 (Guayaquil, Durán y Samborondón), Víctor Hugo Zárate, explicó que algunas unidades policiales permanecen cerradas o cierran por días mientras se abren otras. Están rotando.

El jefe policial indicó que antes había tres o cuatro UPC por circuito. Ahora permanece abierta una sola unidad y ahí se agrupan los policías del circuito.

Deben protegerse de las bandas que desde el 1 de noviembre, para evitar el traslado de reos de la Penitenciaría a otros centros, realizaron una serie de ataques . En total, en la Zona 8, once UPC fueron afectadas con disparos y explosivos.

Un ejemplo es el retén ubicado en la 14 y Pedro Pablo Gómez, donde dos uniformados fueron gravemente heridos y uno de ellos murió.

Ese mismo 1 de noviembre, sospechosos dispararon contra las unidades policiales del sector de Socio Vivienda. Ahí ahora han colocado al menos 30 sacos de arena y llantas para cubrirse. Intentan contener disparos y la onda expansiva de los explosivos.

Al llegar a ese retén, los uniformados salen con las manos en las armas.

Cuentan que la zona es peligrosa, están al fondo de un estacionamiento, además hay dos callejones a los lados de la UPC, por lo que sienten que el ataque puede llegar de cualquier ángulo.

Además, ninguna UPC tiene cámaras de seguridad, por lo que desde el interior tampoco se puede vigilar quién se acerca.

En Nicolás Augusto González, entre Los Ríos y Tulcán, la calle permanece cerrada para proteger la Unidad de Policía Comunitaria del barrio.

Otro retén del sector que cerró está en la 16 y callejón Chambers. Ya no hay atención al público ahí, pero en el segundo piso aún viven los policías.

Otra vía que ha sido bloqueada es José Mascote, entre Bolivia y Camilo Destruge, permanecen cerradas dos cuadras, pues ahí queda una unidad policial.

Los vecinos comprenden la situación y cuentan que se mantienen alertas y que estacionan sus carros junto a los patrulleros que bloquean las calles. Poco antes del inicio del toque de queda ya meten sus vehículos y los dejan al pie de sus casas.

“Hemos cerrado también los portales porque pueden entrar en moto, nos da mucha pena lo que está pasando con los policías, y nosotros como vecinos debemos estar atentos”, mencionó Cesar J., quien vive junto a la unidad policial esquinera.

Otro cambio importante en el trabajo de la Policía es que han entregado a los uniformados del eje preventivo, quienes patrullan las calles, armas largas como carabinas y fusiles de municiones 2,23

La ley no permite el uso de estas armas en la ciudad pese a que las bandas las utilizan desde hace años, los sospechosos portan calibres que incluso pueden atravesar varios chalecos antibalas, por lo que el general pide que se analice y modifique esa parte de la norma para continuar con esas armas largas en los patrullajes aun cuando acabe el estado de excepción.

En varios puntos ya se puede ver a los policías con armas largas. La mañana del lunes 7, varios uniformados con fusiles estaban afuera de las UPC tras la alerta de disparos contra una unidad policial de Bellavista.

Otro cambio que han aplicado por seguridad es que en distritos como Nueva Prosperina, Pascuales y Esteros ya no salen dos policías en patrullero sino cuatro y lo hacen acompañados de motos para no ser emboscados, como les pasó a los uniformados que fueron asesinados en Durán la tarde del pasado martes. Les dispararon con fusil.

Tampoco se puede acudir a un auxilio, aclaró el jefe. Deben ir mínimo dos vehículos y tres policías. Esto se estableció luego que el pasado viernes un policía fue asesinado en Baba, Los Ríos, cuando acudió a atender una supuesta emergencia.

Vía: El Universo