Este viernes 19 de febrero, geólogos y una comisión multisectorial del Municipio de Quito, liderados por la directora de Relaciones Internacionales Gabriela Zuquilanda, dieron un importante paso en la gestión técnica para certificar los requisitos de la capital ecuatoriana, para ser reconocida con la por la Unesco como Geoparque.
La misión del Municipio quiteño viajó hasta el borde suroriental del Distrito Metropolitano, a una de las maravillas geológicas: el mega volcán Chacana. Muy cercano al Antisana, que es poco conocido, pero está aún activo, tiene una caldera de 60 x 20 kilómetros y es uno de los arquitectos de la maravillosa topografía circundante.
“Un geoparque es una circunscripción reconocida por la UNESCO que tiene las propiedades de existencia de actividad geológica, como motor de maravillas naturales, desarrollo humano y cultural”, explicó Zuquilanda, al atestiguar el levantamiento de las muestras geológicas, que dan fe de esta condición en el Distrito Metropolitano de Quito.
La inmensa caldera del Chacana está en la reserva del mismo nombre, en el sector conocido como Antisanilla; y se encuentra bajo la custodia y el control de la Fundación Jocotoco, actor importante en esta gestión.
Antonio Páez, director de la Fundación Jocotoco, recordó que los últimos flujos de lava del Chacana datan de hace 250 años. La zona es un refugio exitoso de cóndores, venados, osos de anteojos, zorros y otras especies que florecen en un medio de poder natural con gamas de verde y paisajes incomparables.
Gorki Ruiz, geólogo de la Universidad Central del Ecuador, recordó que toda esta zona del norte del país fue levantada hasta los 3 800 metros de altura por este mega volcán. Destacó que la formulación de la ficha científica correspondiente a esta visita es uno de los componentes principales para la declaratoria que se busca.
Jorge Ordoñez, de la Dirección de Riegos del Municipio, destacó la presencia abundante de muestra volcánica y su incidencia directa en la marcas naturales y humanas, de gran calidad, atractivo y desarrollo que caracterizan a toda la zona.
Quito tiene ya dos de los galardones de la Unesco: Patrimonio Cultural de la Humanidad y el de Reserva de Biósfera, y está gestionando la última, la declaratoria como Geoparque, que para Gabriela Zuquilanda será un poderoso atractivo del turismo, la comunidad científica y la inversión.
En el sitio se destaca el aroma y bosques de colores, entre la magia y la realidad, que son tejidas por las manos poderosas de la actividad volcánica, muy propia de nuestra tierra.