Por: Ab. Jorge Benítez Sánchez
Desde el 16 de marzo en adelante la gente es otra, vive de otra manera, piensa diferente, le importa lo que antes le era desapercibido pero lo más preocupante de todo es que de la vida política del Ecuador y de la provincia o de la ciudad donde vive tiene decepción, hay desidia, ira y hasta tristeza nostálgica con deseos de llorar; nadie dice o se pronuncia en favor de alguien para respaldar alguna candidatura; es más, a nadie le importa que haya o no haya elecciones, pero por ahí dicen que el proceso electoral sigue su marcha.
Como no podía ser de otra manera a nuestro estilo y a nuestra forma de actuar, a principios del año la Asamblea Nacional aprobó un paquete de reformas al Código de la Democracia, que en lugar de dar claridades y acciones legales para el cumplimiento de procedimientos electorales transparentes y confiables, pero no fue así, la le ley sigue igual o más oscura que antes, no tiene normas de certezas y desde los subterfugios legales ampara o permite los absurdos, como por ejemplo que alguien que esté en posibilidades de ser enjuiciado penalmente, si logra ser inscrito como candidato a lo que sea y sin importar que sea a último suplente, le pueda servir de refugio legal para paralizar cualquier juicio en su contra hasta que se produzcan los resultados.
La Asamblea hizo de todo pero no legisló sobre nada, puso llaves a unas cosas para hacerles la vida imposible a las organizaciones políticas y ahora los partidos y movimientos políticos tienen hasta el 23 de agosto para elegir a sus candidatos mediante procesos de democracia interna; si lo hace después del 23 de agosto ya no vale, ya no sirve, ya no se puede; eso significa que hasta la próxima semana todos podremos saber quiénes han sido electos para ser inscritos como candidatos, y, a eso hay una situación peor todavía, que es el enterarse de que han elegido a la misma gente que no ha hecho nada por servir desde el cargo público o han elegido a alguien que no se sabe y no se le conoce, pero en poco tiempo será conocido y hasta famoso por cualquier escándalo que produzca desde su protagonismo cuando haya sido electo.
La verdad de todo esto –amigo lector- es que aparte de toda la razón que usted tenga para no opinar o para hacerlo en los peores términos sobre la política nacional y local, es necesario que entienda que pase lo que pase las elecciones están en camino y ya estamos dentro de la vivencia de un proceso electoral a nivel nacional, en consecuencia alguien va a resultar electo y muchos serán los electos para ocupar altísimos cargos o dignidades de elección popular, tal es el caso de asambleítas, parlamentarios andinos y la presidencia de la República; es por ello que su voto será importante y tendrá el peso para poder cambiar.
Las elecciones serán el próximo 7 de febrero del 2021; los candidatos para asambleístas ya se conocerán hasta la siguiente semana, y, usted deberá alertar a su consciencia para que lo conduzca a votar por alguien de quien después no se arrepienta. Emita su voto pensando no solo en usted sino pensando en todos; recuerde que a la vuelta de los días usted y sus familiares y amigos van a necesitar de los servicios básicos, de la acción del gobierno en la educación, la salud y la seguridad, es por eso que nuevamente en la arena electoral usted es muy importante y es necesario que tome bien su decisión, para después no llore y no se decepcione.
Jorge Benítez Sánchez
CC 0400540670