“Entre lo mediático y lo estratégico”
Fausto Giraldo
Ahora que se hacen visibles los nombres, las corrientes políticas, las características individuales y la trayectoria de cada uno de los candidatos se ha encaminado la campaña electoral no oficial a difundir en espacios comunicacionales las ofertas, estas en su mayoría están basadas en varias exigencias de orden mediático mientras que lo estratégico es relegado a un segundo plano.
Candidatos presidenciables y a asambleístas toman como “caballo de batalla” el combate a la corrupción, proponen cirugías mayores, especialicimas, a este mal que no es de ahora y tampoco solo de nuestro país. Incluso quienes ayer formaron parte de los “gobiernos” corruptos ahora dicen que han cambiado y lucharán en contra de todo acto de corrupción, unos proponen cárcel, otros confiscaciones de lo mal habido, leyes y acciones para combatirlas. Hasta que punto se harán realidad, vaya usted a saberlo.
En el Marco de la coyuntura y ante la ausencia de ejercicio pleno de obligaciones, por ejemplo de la asamblea legislativa, proponen la reducción de integrantes, de asesores, bajar los sueldos, la bicamerialidad, entre otros. Interesante pero discutible, si también estas propuestas quedan al vacío cuando vacias han sido las acciones previas de ellos mismo en su oportunidad dentro del ejercicio del poder.
Frente a la crisis económica y la falta de liquidez financiera han señalado algunas líneas como la reforma económica bajo conceptos por un lado de la economía de mercado, mayor poder a la banca, mayor inversión privada pero con detrimento de las relaciones laborales, reforma a la seguridad social y tributos; mientras que otras orientadas bajo la propuesta de economía social apuntalando la inversión, dicen, en educación, salud, en contra de la minería a gran escala y el equilibrio de las relaciones productivas entre la inversión privada y los derechos laborales.
Según los estudios de opinión la preocupación de más del 70 % de la población, más que la corrupción o la estructura de las instituciones, es el tema empleo, salarios o ingresos económicos y seguridad social. Hemos sido parte de una trama demagógica durante los últimos procesos electorales en este sentido, se atrevieron a plantear 250 mil plazas de empleo por año y otros dijeron un millón de empleos como para no quedarse atrás, ya engañaron a la población porque nunca sustentaron tales propuestas. En verdad el empleo es este momento el problema de mayor interés de los ecuatorianos, es en definitiva el que requiere de una propuesta seria y tiene una mayor connotación de desarrollo.
Comprender que en realidad hay aspectos importantes desde el ámbito social que tendrán relación automática con el empleo es lo que hace falta a mi juicio a la hora de que los candidatos hagan sus ofertas. A mayor producción mayor empleo y por ende estabilidad en los ingresos económicos de los hogares y en el propio fisco estatal lo que permitirá darle sostenibilidad a proyectos de vida como educación, salud, seguridad social. Esto es valedero en tanto se entienda que por ningún concepto a de vulnerar derechos laborales.
En definitiva en campaña escucharemos decenas de propuestas, unas y otras coincidentes entre sí, porque ese es el discurso que quiere escuchar la población, pero de allí quien realice un plan sustentado, justificado y realizable que beneficie al país al margen de los intereses particulares y los bolsillos de los políticos quizá queden solamente en enunciados, porque a la final, como se solía decir: banda y chicha para el pueblo, escándalo y circo para confundir al electorado y como resultado el voto equivocado.