Los familiares de los ciudadanos ecuatorianos que viven en Ucrania realizaron un plantón este viernes 25 de febrero del 2022 frente al Palacio de Carondelet, en Quito, para exigir al Gobierno que ayuden a evacuar a los connacionales.
Al grito de “No los dejen solos, señor Presidente”, padres y madres de familia piden puntualmente al Jefe de Estado, Guillermo Lasso, y al canciller, Juan Carlos Holguín, evacuar a sus hijos hacia un lugar seguro. Los ecuatorianos quedaron aislados en Ucrania, luego de que ese país sufriera una ofensiva militar por parte de Rusia.
Kiev, la capital ucraniana, activó este viernes las alarmas ante el avance de las tropas de Rusia que han atacado distintos puntos de la mayor ciudad del territorio ucraniano
En redes sociales los estudiantes ecuatorianos reportaban escuchar detonaciones que atribuían a la caída de bombas. Por ese motivo se encuentran refugiados en búnkers.
Maritza Paladines, una de las madres, contó con angustia que la situación es complicada en Ucrania y por eso pide ayuda a las autoridades ecuatorianas.
Fernanda Mayla tiene un hijo de 21 años en Kiev que estudia arquitectura. Ella contó que su primogénito pudo embarcarse en tren hacia la ciudad de L’viv, ciudad ucraniana al oeste del país, frontera con Polonia. Pidió a las autoridades “activar los salvoconductos” para que ingrese a Polonia y de ahí “regresar al Ecuador”.
Intentando contener el llanto, Doris Paz, madre de Sebastián, contó que su hijo está asustado y desesperado al igual que sus compañeros. Está refugiado en un búnker de su residencia y cuenta con provisiones para una semana. “Necesitamos que nos den respuestas concretas y seguras”, pidió al Gobierno
La madre Ligia Ayala denunció que los estudiantes “están abandonados, no tienen comida, no tienen cómo transportarse” por lo que exigió ayuda para los jóvenes.
Asimismo padres y madres de familia en el plantón contaron que Cancillería ha otorgado salvoconductos a los ecuatorianos “con errores”. Esto provocó molestias y pidieron mejorar y agilizar estos procesos.
Fuente: El Comercio