Las intervenciones ejecutadas en la Laguna Busa-San Fernando es parte de un programa de restauración ambiental integral
La Prefectura del Azuay a través de la dirección de Gestión Ambiental en el marco de sus competencias constitucionales y legales apoya y acompaña de manera técnica, logística, económica y administrativa al adecuado uso y gestión de los recursos naturales de la provincia del Azuay.
La administración actual de la Prefectura del Azuay ha tenido una posición clara de defensa del agua y de los derechos de la naturaleza fortaleciendo a la política del Azuay Estratégico, de allí que: “A través de la recuperación de la laguna no solo estamos garantizando el derecho de la naturaleza, a su restauración sino también al derecho de la población a vivir en un medio ambiente sano y ecológicamente equilibrado. En el Código Orgánico del Ambiente se señala que la gestión ambiental es responsabilidad de todos los niveles del Estado y esto es, garantizar y preservar el patrimonio natural y cultural del país”, informó Miriam Reibán, directora de Gestión Ambiental de la Prefectura del Azuay.
Basados en el artículo 263 de la Constitución de la República del Ecuador se establece las competencias de gestión ambiental a nivel provincial y en torno a ello, la Prefectura del Azuay y el GAD Municipal del cantón San Fernando suscribieron el convenio de “Cooperación Interinstitucional para la restauración ambiental de la Laguna Busa”, en junio del 2021, por un monto de 40 mil dólares. El objetivo de este convenio fue restablecer las condiciones ambientales que prevalecieron y caracterizan al sistema lacustre afectado por las actividades antrópicas derivadas de la ganadería; con la consecuente aceleración del proceso de eutrofización y amenaza de desaparición del espejo de agua de la Laguna Busa.
La eutrofización es un proceso de contaminación en cuerpos de agua provocado por el exceso de micro y macro nutrientes (NPK) que provocan un crecimiento y proliferación excesiva de la vegetación, en este caso específico de las plantas denominadas comúnmente como totoras. A consecuencia de esta contaminación se emanan malos olores que atraen vectores y, por otra parte, la falta de luminosidad provoca una disminución de la actividad microbiana que consume el poco oxígeno que queda, aportando materia orgánica, acto que afecta la calidad del agua. La consecuencia más grave de este proceso es el desecamiento del agua disminuyendo la disponibilidad del recurso hídrico.
Ante esta problemática el GAD de San Fernando solicitó el acompañamiento técnico del Gobierno Provincial a fin de atender la degradación y pérdida del espejo de agua de la Laguna Busa; tras una inspección técnica se verificó un excesivo crecimiento de vegetación invasora y de totora. “Nuestra respuesta inmediata fue sugerir al GAD de San Fernando la actualización de la autorización administrativa ambiental -otorgado en el 2013 por el Ministerio del Ambiente para todo el Complejo Turístico Busa que acoge las camineras, senderos, restaurantes, el parque, la laguna, el cerro San Pablo y toda actividad que se desarrolle en este territorio”, informó Magaly Jiménez, técnica de calidad ambiental de la Prefectura del Azuay.
Dentro del programa de restauración ambiental y en base al convenio se ejecutan algunas acciones en el territorio: