Jacinto Salas Morales salasjacinto@yahoo.com
“Sin leerlo y sin debatirlo. El correísmo junto con la bancada de Pachakutik y otros pusieron los votos para aprobar un informe que el pleno (de la Asamblea) ni lo conoció”.
Así, en pocas palabras, un diario nacional pintó el pobre escenario con el que la Asamblea Nacional tomó la decisión de retroceder la historia y volver a los años de la Ley Mordaza.
Gracias a 75 asambleístas, cuyos nombres quedarán marcados en la historia, como correístas o seguidores de sus principios, el país vive días de polémica por la imposición de una nueva Ley de Comunicación que quiere devolvernos a un escenario abusivo como el que vivió años atrás y en el que el Ecuador olvidó lo que es Libertad de Expresión.
Esos 75 representantes, con la expedición de la Ley, traicionaron a sus electores, les privan de un derecho humano fundamental, el de opinar libremente, sin temor a la censura del poder, y abren un escenario de temor similar al que persiguió medios, acosó a periodistas, cerró las fuentes de información e impuso la verdad única, la que provenía del poder.
Escenario nefasto que impidió el periodismo de investigación, que ocultó los hechos corruptos de los grandes contratos, obligando a rectificaciones y amenazas supuestamente legales.
¿Qué buscan, qué temen, qué o a quiénes defienden, los que votaron por la Ley? Se defienden a sí mismos o a quienes “no robaron bien”, según la expresiva frase de una asambleísta nunca censurada?