Fausto Giraldo
La expectativa ciudadana en torno a la nueva asamblea se desmoronó de un “plomazo” en la sesión inaugural de este periodo legislativo, la dispersión y fraccionamiento de los bloques no permite elegir un presidente de forma inmediata sino que se requiere de los conocidos “cabildeos políticos” para ponerse de acuerdo en quienes ejercerán los puestos de autoridad: un presidente, dos vicepresidentes, cinco vocales del Consejo Administrativo, presidencias e integración de las comisiones permanentes.
Las viejas prácticas de “la componenda y el reparto” no se han perdido como “buena costumbre” de los políticos, partidos o movimientos y sus líderes o caciques. No importa con quién y el porqué pero pueden tranzar hasta con el mismo “demonio” con el fin de captar las dignidades o tomar decisiones que se adecuen a los intereses de ellos más no de los ciudadanos o del país.
En los procesos electorales y durante el ejercicio de gobierno se dicen de todo, se acusan desde traidores, corruptos, narco-delicuentes y hasta de aspectos personales, pero a la hora del té “las mayorías moviles”, con o sin hombre del maletín, funcionan a la perfección.
Para quienes siguen de cerca la vergüenza del parlamento y parlamentarios que hemos tenido no ha de ser difícil recordar el asalto permanente en tiempos de Febres Cordero, Sixto y Lucio de los tribunales y demás instituciones del estado, incluida la apetitosa Corte de Justicia que en sus manos sirve para el perdón y olvido de los “sentenciados y prófugos” que fugaron saqueando los recursos de los millones de ecuatorianos.
Cómo olvidar por ejemplo que Alarcón fue presidente del Ecuador resultado de la vieja práctica o el “pacto de la regalada gana” de “don Buca y su pandilla”.
¿Los actores?, viejos políticos y movimientos junto a los reencauchados en el populismo, el oportunismo en pleno que no da opción para que ese órgano de poder se recupere en su imagen, sino que la contrario ni bien empieza ya tiene su primer tropiezo que sin duda se podría decir del 100% de evaluación acaba de perder por lo menos un 10%, si no es más.
Definitivamente una reforma estructural al órgano legislativo es urgente, así como la implementación de una normativa en la que el “negociado sin principios y valores”, los acuerdos bajo la mesa de perdón y olvido a los delincuentes, la troncha y componenda no sea el modelo que rija a una entidad que debe responder al país, a los ecuatorianos.