Cerca de la media noche de este jueves (hora local), se reportó la erupción del volcán Wolf,
en el norte de la isla Isabela, después de siete años de relativa calma. El suceso fue
presenciado por guardaparques que se encontraban cerca de la zona realizando diferentes
actividades de manejo del área protegida, así como operadores turísticos que navegaban
por los alrededores.
De acuerdo a lo presenciado por los guardaparques y registrado a través de los sistemas
que mantiene el Instituto Geofísico, se trata de una fisura al sur del volcán por donde está
saliendo el magma en la misma dirección, hacia el interior de la isla, por ahora. Las
columnas de humo y ceniza alcanzan varios miles de metros de altura (entre los 1900 y
3800 metros) y se dirigen hacia el norte de la isla, donde no existe población humana que
corra riesgo.
Por precaución, esta mañana, la Dirección del Parque Nacional Galápagos y la
organización Galapagos Conservancy, movilizó 8 personas, entre guardaparques y
científicos, quienes se encontraban en el volcán Wolf ejecutando un trabajo de campo con
las iguanas rosadas. El equipo confirmó que el área de vida de estas especies se encuentra
lejos de la erupción y la zona de impacto, por lo que no se considera adoptar medidas
adicionales para protegerlos.
La Autoridad Ambiental mantendrá monitoreo permanente del suceso para registrar los
cambios que se produzcan en el ecosistema como resultado de este proceso eruptivo. “Las
islas Galápagos están en constante formación, las erupciones volcánicas son uno de los
mayores atractivos que posee, porque nos permite experimentar de cerca el poder de la
naturaleza” dijo el ministro de Ambiente, Agua y Transición Ecológica, Gustavo Manrique,
quien se encuentra en el archipiélago cumpliendo agenda de trabajo.
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